(José Antonio Domínguez Banderas; Málaga, 1960) Hijo de una
maestra y de un policía, Antonio Banderas mostró desde joven una clara
inclinación por el arte dramático, disciplina que estudió en su ciudad natal.
Trabajó con distintas compañías teatrales durante unos años hasta que, tras
instalarse en Madrid, decidió continuar su trayectoria artística en la capital.
Allí simultaneó su trabajo en el teatro con otras destacadas
interpretaciones en televisión que hicieron que la industria del cine se fijara
en él, comenzando a realizar pequeños papeles en producciones discretas. Sus
intervenciones en las obras Historia de los Tarantos y La hija del aire son las
más destacables, además de su participación a mediados de los años ochenta en
el montaje de Eduardo II de Inglaterra, dirigido por Lluis Pascual.
Antonio Banderas dio sus primeros pasos en el cine de la
mano de Pedro Almodóvar, director inscrito en la llamada movida madrileña,
quien le ofreció el papel de Sadec en Laberinto de pasiones (1982). Aunque el
filme no figura entre lo mejor de su director, sirvió para que ambos iniciaran
una colaboración intensa e interesante: interpretó a un alumno de la escuela de
tauromaquia en Matador (1985), a un contradictorio homosexual en La ley del
deseo (1986) y consolidó su protagonismo en Mujeres al borde de un ataque de
nervios (1987) y Átame (1989), con dos papeles totalmente contrapuestos.
Sin duda, la relación de Antonio Banderas con Almodóvar
resultó fundamental en su carrera, pues tras la buena acogida de las películas
del director manchego, Banderas se convertiría en objeto de la atención de
crítica y público, que establecieron una lógica asociación entre ambos.
Además de sus trabajos con Almodóvar, Banderas participó en
otras películas que le permitieron aprender bien el oficio y le consolidaron en
el panorama artístico español. Durante los años ochenta destacaron,
especialmente, sus papeles en La corte de faraón (1985), de José Luis García
Sánchez; Baton Rouge (1988), de Rafael Moleón, y La blanca paloma (1989), de Juan
Miñón. No obstante, fue la proyección internacional de sus películas con
Almodóvar lo que le sirvió de tarjeta de presentación en Hollywood; así, la
cantante Madonna requirió al actor malagueño para su película En la cama con
Madonna (1991), dirigida por A. Keshishian.
La popularidad que fue alcanzando y su confianza en sí mismo
le llevaron a intentar establecerse en los Estados Unidos. Cumplidos los
treinta años, Antonio Banderas supo ir poco a poco abriéndose paso en el
complejo entramado del cine estadounidense, carrera que inició como uno de los
protagonistas de Los reyes del mambo tocan canciones de amor (1991), de Arnold
Glimcher. Su papel había sido ofrecido en principio a Andy García, pero éste le
rechazó. En círculos cinematográficos se dijo que esta decisión influyó en la
carrera de los dos actores, pues mientras la del actor cubano experimentó un
estancamiento, la del español inició un ascenso notorio en el ámbito del cine
hispano.
No obstante, la trayectoria de Banderas ha sido irregular en Hollywood. De su filmografía destacan sobre todo Philadelphia (1993), dirigida por Jonathan Demme y protagonizada por Tom Hanks, que fue un gran éxito en taquilla, y La máscara del zorro (1998), de Martín Campbell, además de importantes papeles secundarios junto a estrellas de primera línea en películas como Entrevista con el vampiro (1994), de Neil Jordan. Banderas participó también en producciones que no obtuvieron los resultados que se esperaba de ellas, como Two Much (1995), de Fernando Trueba, o The Body (2001), de Jonas McCord.
Su aspecto físico y su acento (suele doblarse a sí mismo) le
mantuvieron encasillado por lo general en un tipo de papeles muy
característico: latino, seductor y misterioso; un ejemplo fue su interpretación
en Desperado (1995), de Robert Rodríguez, en donde confluyen todos los aspectos
antes mencionados, que él asumió sin quejarse, procurando que su simpatía
personal, disimulara algunas carencias técnicas.
Banderas
es el actor español que más renombre internacional ha conseguido; es habitual
su presencia en festivales y entregas de premios, incluso los Oscar, y entre
los directores con los que ha trabajado figuran nombres del prestigio de Carlos
Saura, Richard Donner o Bille August, entre otros. Su personalidad se ha convertido
incluso en un referente para mucha gente, como lo demuestra el hecho de que su
imagen sea utilizada también por distintas marcas publicitarias.
También ha participado en la producción, con su empresa Green Moon, de otras películas como The Body. En 2003 debutó en los escenarios de Broadway como protagonista del musical Nine, basado en la película 8 y medio de Fellini.
En 1988 se casó con la española Ana Leza, de la que se divorció en 1996. Desde entonces mantiene una relación sentimental con la actriz Melanie Griffith, con la que tiene una hija en común.
En mayo de 2004 la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas le concedió la Medalla de Oro en reconocimiento a su labor de difusión de la cultura española.
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