John Joseph Travolta nació el 18 de febrero de 1954, cuando
la Guerra Fría estaba en pleno apogeo. El menor de los seis hijos de Salvatore
y Helen Travolta residió, junto a su familia, en Englewood (Nueva Jersey) y se
crío en un ambiente muy artístico e histriónico en más de un sentido: sus cinco
hermanos mayores compartían el mismo gusto por la actuación que él. Desde muy
pequeño, el menor de los Travolta desarrolló la capacidad de imitación y su
padre construyó una tarima de teatro -con accesorios incluidos, tales cómo un
telón con sistema de cuerdas incluidos- para que los seis hermanos pudieran
organizar presentaciones para el resto de la familia.
Otra pasión de Travolta son los aviones, gusto que aparcó
para dedicarse primeramente a la actuación. En consecuencia, se inscribió en
una escuela de teatro con la que se comprometió actuar en un negocio local,
siendo esta su primera interpretación cómo local. Pero, llegó el momento de
trasladarse a Nueva York y encontrar un mánager que impulsara su carrera.
Comenzó con interpretaciones en diversas obras teatrales de
considerable éxito. Entre ellas, la versión teatral del musical Grease, que más
tarde protagonizaría en el cine. Pero, su mánager tenía la atención puesta en
otro sitio: puede que Nueva York fuese el lugar adecuado para el teatro, pero
era Hollywood donde estaba el cine y la televisión.
Decidido entonces a hacer de John Travolta una estrella del
cine, su mánager comenzó a realizar llamadas y logró a la larga dos audiciones.
La primera fue para la película El último deber (1973) -que contó con Jack
Nicholson entre sus actores-, pero fue rechazado a pesar de que todos alegaron
que hizo una magnífica audición. La segunda fue La lluvia del Diablo (1975),
donde sí actuó con un éxito moderado que le sirvió cómo trampolín en su
carrera.
Fue en el rodaje de La lluvia del Diablo donde Travolta
conoció a la actriz Joan Prather, y a través de ella entró a formar parte de la
iglesia de la Cienciología, de la cual sigue siendo miembro a día de hoy.
Poco tiempo después asumió el rol protagonista de la serie
Welcome Back Kotter y se convirtió en un ídolo juvenil y una incursión en la
música con un éxito que llegó a los más alto de las listas: Let her in.
Posteriormente co-protagonizó la película de terror Carrie
(1976), dirigida por Brian de Palma y basada en una de las historias de Stephen
King.
Su primer papel protagonista en el cine fue en el exitoso
telefilm de la ABC, El chico de la burbuja de plástico (1976), dirigida por
Randal Kleiser (quien un año después dirigiría Grease), y coprotagonizada por
Diana Hyland, actriz 18 años mayor que Travolta, y con la que tras finalizar el
rodaje, empezó una relación.
Con estos últimos grandes éxitos bajo el brazo, Travolta
vislumbraba un buen futuro para su naciente carrera, pero no se imaginaba que
una llamada de parte del productor Robert Stigwood sería un evento decisivo que
definiría no sólo su carrera sino su imagen como ícono de toda una época.
Travolta se estaba convirtiendo en un apellido muy conocido.
De sobras eran conocidas las películas Carrie y El chico de la burbuja de
plástico y a finales de 1976 recibió una llamada que cambiaría su vida para
siempre: el productor Robert Stigwood lo quería como protagonista para Fiebre
del sábado noche. Si aceptaba, además sería el protagonista de la versión
cinematográfica de Grease. Y así fue como se metió en la piel del
italiano-americano Tony Manero, un bailarín que cambió la forma de bailar en
medio mundo. Para ello, pasó muchas noches en discotecas diversas observando la
forma de bailar del público. Stigwood le dio libertad para que aportara
cualquier detalle a la producción y Travolta estudió danza y trabajó con un
coreógrafo profesional para la elaboración de su famosa escena de baile en la
discoteca. Así se creó un personaje que se convertiría en mítico.
Pero en su vida personal no todo iba bien: a su novia Diana
Hyland, co-protagonista de El chico de la burbuja de plástico, le
diagnosticaron cáncer. Ya había conseguido, antaño, reducir los efectos gracias
a los tratamientos, pero llegó un momento en que dejó de ser así. Cuando Hyland
murió el 27 de marzo de 1977, Travolta quedó devastado. Irónicamente, mientras
su vida personal iba en detrimento, su carrera profesional despegaba hasta lo
más alto. Fiebre del sábado noche, se convirtió en un mega éxito de taquilla y
con la crítica, conmocionó al mundo entero, convirtiéndose en el desencadenante
de la era disco, marcando múltiples tendencias y estilos, así como tornándose
en un fenómeno sociocultural.
La película, que había contado con los Bee Gees para su banda
sonora, fue tan extraordinaria que los susodichos vendieron 30 millones de
copias, posicionaron a cinco sencillos en el top ten de Billboard y se mantuvo
como la banda sonora más exitosa de todos los tiempos hasta 1992, cuando se
estrenó la película El Guardaespaldas y su sencillo I will always love you le
arrebató el puesto hasta el momento: ninguna otra banda sonora hasta el momento
ha logrado posicionar simultáneamente cinco sencillos en el top ten del
Billboard.
La película catapultó a Travolta a la estratosfera del
estrellato y lo convirtió en la imagen misma de la época disco. Además, el
actor recibió su primera nominación a los Premios de la Academia en la
categoría de Mejor actor, fue nominado a los Premios del Sindicato de Actores
Screen Actors Guild y ganó un Globo de Oro al mejor bailarín. Su estrellato
estaba asegurado y por si fuera poco, tenía un contrato pendiente: el papel
protagónico de Grease.
Tras el mega-éxito de Fiebre del sábado noche, Travolta se
había convertido en un ícono cultural con una firme decisión de continuar
ascendiendo. Co-protagonizar la película Grease junto a la ganadora de un
Grammy Olivia Newton-John resaltó aún más su éxito. En la cinta, donde la
química entre ambos es innegable, Travolta hace alarde de su habilidad para el
baile gracias a las diversas coreografías.
Tanto la crítica cómo el público alabó la película y ésta se
convirtió no sólo en otro gran éxito de taquilla, si no en el musical más
exitoso de la historia. La banda sonora, que no logró superar la de los Bee
Gees, se convirtió en un clásico y un éxito tanto comercial como de recepción.
En definitiva, Grease convirtió al actor en un mito y no había nadie en medio
mundo que no le conociera, por lo que decidió dedicarse a la música. En sus
giras era seguido por multitudes enteras y los boletos se agotaban: John
Travolta, a sus 24 años, era el hombre más famoso del mundo.
Tras las famosas Fiebre del sábado noche y Grease, Travolta
protagonizó un filme de James Bridges: Cowboy de ciudad. En la película
interpreta a Bud, un muchacho de la zona rural que se traslada a casa de su tío
en Houston (Texas) y se enamora de Sissy (Debra Winger), quién es persuadida
para cometer un crimen. En otras palabras, otro éxito que sumar a la lista y
cuya banda ganó un Grammy.
En medio de ello, tras tres grandes éxitos consecutivos,
parecía que John Travolta era infalible, pero esa percepción estaba por
cambiar. Tras protagonizar Impacto (de nuevo a las órdenes de Brian De Palma),
Travolta vio, a pesar del respaldo de la crítica, cómo el éxito no era el
esperado. El declive llegó con el intento de revivir Fiebre del sábado noche con
una secuela, Staying Alive (dirigida por Sylvester Stallone), que fracasó
comercialmente y de la que no obtuvo el apoyo de la crítica. En adelante, la
carrera de Travolta bajó notoriamente entre el período de 1983-1989, logrando
protagonizar sólo tres películas que fracasaron: Tal para cual, Perfección y
Thats Dancing!. Ocasionó que su carrera quedara virtualmente estancada.
Debido a la decadencia de su carrera cinematográfica,
Travolta se volcó a su segunda pasión: los aviones. Gracias al éxito que tuvo
con la actuación, Travolta pudo financiar esta fascinación y para el momento
era piloto, graduado de academia y con avión propio. Además Travolta se casó
con Kelly Preston.
En 1989, John tenía una carrera estancada y no había
protagonizado películas en dos años. Ahora estaba dispuesto a romper el hielo
que había congelado a su carrera con la película Los expertos, una comedia que
caló muy bien en la crítica y en el público, obteniendo un modesto éxito
comercial. Ese mismo año protagonizó, junto con Kirstie Alley, la comedia Mira
quién habla, que fue un éxito comercial extraordinario y recibió el aplauso de
la crítica, debido a lo cual se estrenaron dos secuelas más: Mira quién habla
también (1990) y Mira quién habla ahora (1993). Todas fueron éxitos aplastantes
y se convirtieron en parte de las películas más exitosas de comedia de todos
los tiempos.
Además entre 1991 a 1992 protagonizó otras tres películas:
Grita, Cadena de oro y Boris and Natasha. Todas cosecharon éxitos relativos,
pero importantes para levantar su carrera cinematográfica. Travolta estaba
reconstruyendo su carrera con bastante éxito, pero sería necesario una película
del cine independiente para terminar de renacer de forma definitiva: Pulp
Fiction.
En 1993, Quentin Tarantino -uno de los directores más
renombrados del cine independiente- estaba al frente de Pulp Fiction con Uma
Thurman y Samuel L. Jackson, pero quería a Travolta cómo protagonista. John
aceptó y se dedicó al papel cómo en sus anteriores interpretaciones. La película
se estrenó en el Cannes en 1994 y obtuvo excelente críticas. Ganó un Premio
Palma y obtuvo 7 nominaciones a los Premios de la Academia: uno de ellos para
el propio John cómo Mejor actor principal.
Con la trílogía de Mira quién habla y Pulp fiction, Travolta
renació profesionalmente y decidió centrarse en mantenerse un vertiginoso
ascenso de su nueva restaurada carrera.
Como curiosidad, cuando el Señor Lobo pregunta la situación
de los domicilios de Vincent y Jules, estos responden "en Redondo"
(Vincent) y "en Englewood" (Jules). Englewood es el lugar de
nacimiento en la vida real de John Travolta.
Entre los cinco años que separan a 1995 de 2000, el actor ha
actuado en 15 películas que han resultado ser un éxito en todos los sentidos.
Get shorty -donde interpreta a un usurero en una de película cuya introducción
es una de las más memorables y peculiares del cine-, Phenomenon, Cara a cara,
El cuarto poder, Colores primarios o La delgada línea roja son un ejemplo.
Luego protagonizó otra tanda de películas exitosas que incluían a títulos como
Swordfish, Falsa identidad, Una canción del pasado, El castigador, Brigada 49 y
Corazones solitarios. Gracias a su participación, pudo actuar con actores del
calibre de Halle Berry, Joaquín Phoenix, Jared Leto y Salma Hayek.
Actualmente, se estima que su sueldo se eleva por encima de
los 20 millones de dólares por película y es considerado cómo uno de los
actores más prolíficos y legendarios del cine.
Está casado con Kelly Preston y han tenido tres hijos, Jett
(13 de abril de 1992 - † 2 de enero de 2009), Ella Bleu (3 de abril de 2000) y
Benjamin (23 de noviembre de 2010).1 Jett, que padecío la enfermedad de
Kawasaki, falleció en enero de 2009 a los 16 años en la casa de verano que la
familia tiene en las Bahamas. Por otra parte, el matrimonio ha asistido a
terapia de pareja y él admitió que le ayudó después de su separación con Rhoda
Griffis.
Travolta, que practica la Cienciología desde 1975 cómo su
mujer, tiene entre sus propiedades una de 95,4 millones localizada en Jumbolair
(Ocala, Florida) y una casa de vacaciones en Islesboro (Maine). Travolta es un
piloto cualificado y tiene cinco aviones, incluyendo un Boeing 707 que
perteneció a la flota de la aerolínea australiana Qantas. El nombre del avión
es Jeff Clipper Ella, en honor a sus hijos. Su casa en Jumbolair cuenta con una
pista propia con una pista de rodaje hasta la puerta de su casa. Cada vez que
Travolta vuela, ejerce de embajador oficial de buena voluntad para Qantas. En
1988 apareció como artista invitado en un vídeo clip de Michael Jackson.
Información extraida de Wikipedia